Así es como RAYS fabrica sus legendarias ruedas TE37

El proceso de producción de la famosa rueda es mucho más complicado de lo que cabría esperar

Cuando se habla de ruedas, es imposible no mencionar las icónicas RAYS TE37. Su diseño atemporal funciona con todo, desde Ford hasta Ferrari, lo que les valió su estatus legendario duradero en la comunidad automovilística. Ahora bien, si alguna vez te has preguntado cómo se fabrican, estás de suerte, porque los propios RAYS publicaron un vídeo repasando todo su proceso de fabricación de principio a fin.

Cada TE37 comienza su vida como un cilindro sólido de aluminio, también llamado tocho. Estas palanquillas están hechas de una aleación patentada de aluminio 6061 especialmente formulada por RAYS, que pone gran énfasis en la resistencia. Luego, cada tocho se calienta para permitir que sea más viable para la forja futura.

Una vez que se completa el calentamiento, el tocho pasa al proceso de forja. Este proceso de 3 pasos comienza con un troquel de forjado preliminar que estampa el tocho para darle la forma aproximada de la rueda terminada. A partir de ahí, entra un troquel de forjado secundario que refina la forma de los radios, ahuecandolos en el proceso. En el paso final de la forja, estos canales ahuecados tienen la forma de un perfil en U para lograr la resistencia y rigidez deseadas, manteniendo al mismo tiempo un peso liviano.

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A continuación, la rueda se calienta nuevamente y se utiliza un rotor formador para llevar los perfiles exteriores del cilindro desde un perfil plano hasta la compleja forma acampanada que asociamos con las ruedas de los automóviles. Después de esto, la rueda se somete a un proceso de tratamiento térmico de enfriamiento y revenido para optimizar la resistencia a la tracción, la tensión de prueba y el alargamiento del aluminio.

El siguiente paso es el procesamiento de montaje, que implica realizar varias operaciones CNC para lograr un acabado superficial uniforme, equilibrar la rueda y agregar los orificios de montaje/vástago de la válvula. Estas pueden parecer operaciones simples, pero las estrictas tolerancias que requieren requieren un nivel extremo de precisión. Una vez hecho esto, se eliminan las rebabas restantes del proceso de mecanizado. Esto no sólo hace que la rueda luzca mejor, sino que también permite una mejor adhesión de la pintura y los revestimientos resistentes a la corrosión.

Una vez finalizada la fabricación, cada rueda se somete a una prueba de fatiga por carga radial para determinar cómo se sostienen las ruedas tras una multitud de rotaciones. Una vez que se determina que cumple con los estándares de RAYS, se pule, se granalla, se desengrasa y se recubre con pintura en polvo, luego se corta con diamante y se pinta para el acabado final de la superficie. Por último, los grabadores y las máquinas de pintura automatizados agregan los detalles necesarios al producto terminado antes de que una inspección humana final y una prueba de resistencia certifiquen las ruedas que se enviarán a los clientes.